España se posiciona como el segundo país más ruidoso del mundo, después de Japón. Además, estos datos se ven reflejados en un estudio realizado en Francia, donde indica que en Europa Occidental más de 50 millones de personas sufren contaminación acústica por encima de los 60 decibelios. Dentro de esta estadística, en España representaría un 23% de la población, donde el 80% de los españoles están expuestos a ruidos que superan los 80 decibelios.
Por otro lado, los últimos datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que un 8 % de la población española padece problemas de pérdida auditiva, unos tres millones de personas. Por ello, los expertos insisten en la necesidad de cuidar los oídos y de acudir al especialista ante la menor sospecha.
Efectos de la contaminación acústica
La contaminación acústica provoca, entre otros efectos negativos para la salud, tensión nerviosa, pérdida de concentración y de calidad de vida, así como pérdida auditiva.
Cuando se producen efectos negativos en la salud provocados por el ruido ambiental se llama socioacusia. Este término se asocia a una pérdida auditiva derivada de la exposición continuada a niveles altos de ruido. La primera señal de alerta es un silbido en el oído. Aunque a los 10 días desaparecen los daños, si la exposición es prolongada en el tiempo, por ejemplo todos los días, entonces se producen las lesiones y la pérdida auditiva.
Soportar a lo largo del tiempo sin protección auditiva elevados niveles de ruido ambiental provoca una desplazamiento permanente del umbral de audición, esta sordera es irreversible. Además, es una hipoacusia que afecta a ambos oídos y con la misma intensidad.
Por otro lado, la contaminación acústica puede provocar otras patologías no relacionadas con la pérdida auditiva, entre ellas, efectos psicopatológicos como aumento de la presión arterial o dolor de cabeza, así como efectos psicológicos, como fatiga, insomnio y dificultad para conciliar el sueño.
La sobreexposición al ruido está provocando que la pérdida auditiva asociada al envejecimiento aparezca en edades más tempranas. Entre el 40 y el 50% de los españoles notan pérdida auditiva alrededor de los 65 años, pero en poco tiempo serán las personas de 40 y 50 años las que presenten signos de pérdida auditiva.
Evitar la sordera ocasionada por el ruido ambiental
Con tan sólo 30 decibelios ya resulta imposible dormir. Por tanto, la actividad que produzca ruidos debe amortiguarse en la medida de lo necesario para que no moleste. Cuando supera los 35 decibelios, comienza afectar a las conversaciones en estancias pequeñas, impidiendo que se pueda dialogar con fluidez e inteligibilidad. Dentro de los edificios, el promedio máximo recomendado para los niveles sonoros de fondo es de 35 dBA.
Para amortiguar el ruido y la contaminación acústica se pueden aplicar pantallas sonoras, aislamientos en fachadas, ventanas de mejor calidad y asfalto sonoreductor en cuanto al tráfico urbano. Como medidas preventivas para evitar la sordera por exposición prolongado al ruido ambiental se puede recurrir a tapones protectores o evitar pasar demasiado tiempo expuesto elevados decibelios.
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