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El dolor de garganta y el dolor de oído son como dos compañeros de travesuras que pueden hacerte la vida un poco más difícil. Y a veces, ¡pueden ser una verdadera pesadilla!
¿Sabías que los problemas en la garganta, como la amigdalitis, pueden ser los culpables detrás de estos dolores molestos?
Pero espera, ¿qué es exactamente esta amigdalitis? Bueno, imagina a tus amígdalas, esas pequeñas glándulas en tu garganta, como dos guardaespaldas luchando contra los microbios para proteger tu cuerpo.
En los niños, son los héroes de la historia, manteniendo a raya las infecciones y protegiendo las vías respiratorias. Sin embargo, a medida que creces, tus amígdalas se vuelven menos importantes y se retiran gradualmente de la primera línea de batalla.
Ahora, en cuanto a los tipos de amigdalitis, tenemos dos: la versión viral y la versión bacteriana.
La amigdalitis viral es como el resfriado común que se toma unas vacaciones en tus amígdalas. Es la más común y generalmente viene con fiebre y dolor de garganta.
Por lo general, desaparece en unos días, pero mientras tanto, ¡el paracetamol es tu mejor amigo!
Luego está la amigdalitis bacteriana, es como si una banda de bacterias decidiera hacer una fiesta en tus amígdalas, causando fiebre alta y placas en la garganta. ¡Pero no temas, los antibióticos están aquí para salvar el día!
En resumen, la amigdalitis puede ser una fiesta incómoda en tu garganta que a veces invita a tus oídos a unirse a la diversión.
Con un poco de paciencia y la ayuda adecuada, ¡puedes deshacerte de estos invitados no deseados y volver a la normalidad en poco tiempo!
